jueves, 28 de junio de 2012

Libertad Religiosa – Discursos Pio XII y Benedicto XVI

Por  falta de medios y tiempo, no de argumentos, por ahora solo podre publicar cosas como las siguientes sin demasiada extensión ni edición.

Pio XII, discurso al V Congreso Nacional de la Unión de Juristas Católicos Italianos, 6 de diciembre de 1953 (*1):

“¿Puede Dios, al cual, por otra parte, sería posible y fácil reprimir el error y la desviación moral, preferir en algunos casos el «no impedir», sin incurrir en contradicción con su perfección infinita? ¿Puede ocurrir que, en determinadas circunstancias, Dios no dé a los hombres mandato
alguno, no imponga deber alguno, no dé por último derecho alguno de impedir y de reprimir lo que es erróneo y falso? Una mirada a la realidad da una respuesta afirmativa. La realidad enseña que el error y el pecado se encuentran en el mundo en amplia proporción. Dios los reprueba, y sin embargo los deja existir. Por consiguiente la afirmación: 'el extravío religioso y moral debe ser siempre impedido, cuanto es posible, porque su tolerancia es en sí misma inmoral' no puede valer en su forma absoluta incondicionada. Por otra parte, Dios no ha dado ni siquiera a la autoridad humana un precepto semejante absoluto y universal, ni en el campo de la fe ni en el de la moral. No conocen semejante precepto ni la común convicción de los hombres (*2), ni la conciencia cristiana, ni las fuentes de la revelación (*3), ni la práctica de la Iglesia (*4). Aun omitiendo en este momento otros textos de la Sagrada Escritura tocantes a esta materia, Cristo en la parábola de la cizaña dio el siguiente aviso: Dejad que en el campo del mundo la cizaña crezca, junto con la buena semilla, en beneficio del trigo. El deber de reprimir las desviaciones morales y religiosas no puede ser, por tanto, una última norma de acción. Debe estar subordinado a normas más altas y más generales, las cuales en determinadas circunstancias permiten e incluso hacen a veces aparecer como mejor camino no impedir el error, a fin de promover un bien mayor
(IMPORTANTE:
*2: Parece ser que aquí Pio XII se refiere al sentido común.
 *3: DH, cap.2, punto 9: “Es más; esta doctrina de la libertad tiene sus raíces en la divina Revelación, por lo cual ha de ser tanto más religiosamente observada por los cristianos.”
*4: Según esto la Iglesia siempre ejerció en la practica la libertad religiosa como la define el CVII y lo único que el mismo hizo es simplemente reconocer este hecho y expresarlo por escrito (como también hizo, dicho sea de paso, con muchas otras cosas).
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DISCURSO DEL SANTO PADRE BENEDICTO XVI A LOS CARDENALES, ARZOBISPOS, OBISPOS Y PRELADOS SUPERIORES DE LA CURIA ROMANA, Jueves 22 de diciembre de 2005 (*5):
“ (…) Es claro que en todos estos sectores, que en su conjunto forman un único problema, podría emerger una cierta forma de discontinuidad y que, en cierto sentido, de hecho se había manifestado una discontinuidad, en la cual, sin embargo, hechas las debidas distinciones entre las situaciones históricas concretas y sus exigencias, resultaba que no se había abandonado la continuidad en los principios; este hecho fácilmente escapa a la primera percepción.

Precisamente en este conjunto de continuidad y discontinuidad en diferentes niveles consiste la naturaleza de la verdadera reforma. En este proceso de novedad en la continuidad debíamos aprender a captar más concretamente que antes que las decisiones de la Iglesia relativas a cosas contingentes —por ejemplo, ciertas formas concretas de liberalismo o de interpretación liberal de la Biblia— necesariamente debían ser contingentes también ellas, precisamente porque se referían a una realidad determinada en sí misma mudable. Era necesario aprender a reconocer que, en esas decisiones, sólo los principios expresan el aspecto duradero, permaneciendo en el fondo y motivando la decisión desde dentro.

En cambio, no son igualmente permanentes las formas concretas, que dependen de la situación histórica y, por tanto, pueden sufrir cambios. Así, las decisiones de fondo pueden seguir siendo válidas, mientras que las formas de su aplicación a contextos nuevos pueden cambiar. Por ejemplo, si la libertad de religión se considera como expresión de la incapacidad del hombre de encontrar la verdad y, por consiguiente, se transforma en canonización del relativismo, entonces pasa impropiamente de necesidad social e histórica al nivel metafísico, y así se la priva de su verdadero sentido, con la consecuencia de que no la puede aceptar quien cree que el hombre es capaz de conocer la verdad de Dios y está vinculado a ese conocimiento basándose en la dignidad interior de la verdad.

Por el contrario, algo totalmente diferente es considerar la libertad de religión como una necesidad que deriva de la  convivencia  humana, más aún, como una consecuencia intrínseca de la verdad que no se puede imponer desde fuera, sino  que  el hombre la debe hacer suya sólo mediante un proceso de convicción. (…)”

El Papa Benedicto XVI está diciendo que el Concilio Vaticano II simplemente reconoció lo que Pio XII ya venía señalando sobre, por ejemplo, las “normas más altas y más generales” a las cuales se subordinan las realidades históricamente contingentes.
Las “normas más altas y más generales” son las “las decisiones de fondo” o los “principios” a los que se refiere Benedicto XVI. Ambos coinciden en que estas son las cosas que no cambian, las que pertenecen a la “continuidad”.
El “deber de reprimir las desviaciones morales y religiosas“ del que habla Pio XII encuentra su aplicación en y está condicionado por lo que Benedicto XVI expresa como: “Las situaciones históricas concretas y sus exigencias”, “una realidad determinada en si misma mudable”, “las formas concretas, que dependen de la situación histórica y, por tanto, pueden sufrir cambios” o “las formas de su aplicación a contextos nuevos” (en sintonía con Pio XII que reclamaba que este deber debía estar por debajo de esas “normas” que si bien son iguales en todo tiempo, pueden cambiar en su aplicación). Ambos coinciden en que estas son las cosas que cambian: las aplicaciones, las cuestiones subordinadas, las que pertenecen a la “discontinuidad”.
La tradicional “tolerancia” simplemente fue una de las consecuencias prácticas de la libertad religiosa. (Si bien antes del Concilio este nombre era usado indistintamente como sinónimo de “libertad de cultos” o relacionado a “libertad de conciencia”, se podría decir que estos términos eran ‘malusados’ y tenidos como estandarte por quienes en su lucha contra la Iglesia exigían con ello el relativismo tanto religioso como moral siendo que el mismo es incompatible con el concepto de “libertad” ya que la misma implica la elección de lo mejor y lo mejor se diferencia de lo peor teniendo como parámetro la Verdad absoluta y objetiva. El relativismo es la anulación de la verdadera libertad en cualquier concepto: al poner todo al mismo nivel anula el proceso mismo de la elección. También es importante ver que la “libertad religiosa” que defienden los enemigos de la Verdad en realidad es la “esclavitud relativista”, es la imposición del relativismo, la indiferencia ante todas las posibilidades: el hombre tiene que elegir cualquier cosa menos la Verdad; lo cual el Concilio y los Papas posteriores nunca han aceptado, importantísima es la labor actual de Benedicto XVI quien es una de las pocas personas que sigue sosteniendo la Verdad ante el avance del relativismo en todos los ámbitos. Los enemigos de la Iglesia rechazan la libertad religiosa, ellos dicen defenderla pero lo que quieren es imponer el relativismo e indiferentismo religioso (el Papa siempre pide que no se dejen de lado las diferencias por ejemplo) donde no se pueda ni decir, ni testimoniar, ni elegir la Verdad:
2105 El deber de rendir a Dios un culto auténtico corresponde al hombre individual y socialmente considerado. Esa es “la doctrina tradicional católica sobre el deber moral de los hombres y de las sociedades respecto a la religión verdadera y a la única Iglesia de Cristo” (DH 1). Al evangelizar sin cesar a los hombres, la Iglesia trabaja para que puedan “informar con el espíritu cristiano el pensamiento y las costumbres, las leyes y las estructuras de la comunidad en la que cada uno vive” (AA 13). Deber social de los cristianos es respetar y suscitar en cada hombre el amor de la verdad y del bien. Les exige dar a conocer el culto de la única verdadera religión, que subsiste en la Iglesia católica y apostólica (cf DH 1). Los cristianos son llamados a ser la luz del mundo (cf AA 13). La Iglesia manifiesta así la realeza de Cristo sobre toda la creación y, en particular, sobre las sociedades humanas (cf León XIII, Carta enc. Immortale Dei; Pío XI, Carta enc. Quas primas). (*6)

Según entiendo, las leyes de las sociedades cristianas de la antigüedad que prohibían las falsas religiones fueron establecidas como consecuencia de la evangelización de la sociedad y con el objetivo de preservar el grado de virtud de religión socialmente alcanzado, pero nunca fue una imposición “a priori”. Es decir, el nivel de virtud de religión social que las leyes querían preservar y mantener, fue consecuencia de la evangelización ejercida sobre la base de la libertad religiosa.
También sirve tener en cuenta que el paganismo antiguo desconocía a Cristo (sumado a las “semillas del Verbo” que Dios había puesto), por lo tanto a su anuncio simplemente se lo aceptaba o se lo rechazaba; en cambio en el neopaganismo actual se mezclan el rechazo a Cristo por quienes lo conocieron, (es decir, la apostasía que ciertamente es la primera en el tiempo) el desconocimiento de otros, la indiferencia de algunos más, la proposición de un Cristo tergiversado (lo cual me parece lo más perjudicial porque implica una aceptación equivocada, la que es más difícil de enfrentar y sanar que la simple ignorancia o hasta el rechazo), la desinformación, la propaganda en contra de la Iglesia y el hecho de que la Iglesia sigue estando visible, los problemas de la Iglesia, etc.. El paganismo antiguo no conocía ni a Cristo ni a Su Iglesia, el paganismo actual con toda esta mezcla de situaciones se podría decir que no entiende ni a Cristo ni a Su Iglesia.
Lo más importante me parece que es notar que la Iglesia Católica siempre practico la libertad religiosa, aun en los reinos católicos: el Concilio Vaticano II solo reconoce esta realidad hasta esa fecha practicada “a tientas” y la expresa por escrito haciendo la desambiguacion necesaria y definiendo precisamente en que se basa, en qué consiste, etc..

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Por último, en relación con la Dignitatis Humanae que entre otras cosas también dice: “Por su parte, todos los hombres están obligados a buscar la verdad, sobre todo en lo que se refiere a Dios y a su Iglesia, y, una vez conocida, a abrazarla y practicarla.”(*7) Pregunto, ¿el Estado no está conformado por hombres? y ¿la práctica de la religión con sus consecuencias no se extiende a todos los ámbitos del hombre?. Adiciono: esta obligación no es impuesta por el CVII, sino por Dios, la Santa Iglesia simplemente la reconoce y la expresa.
Catecismo de la Iglesia Católica (importantísimo):
2108 El derecho a la libertad religiosa no es ni la permisión moral de adherirse al error (cf León XIII, Carta enc. Libertas praestantissimum), ni un supuesto derecho al error (cf Pío XII, discurso 6 diciembre 1953), sino un derecho natural de la persona humana a la libertad civil, es decir, a la inmunidad de coacción exterior, en los justos límites, en materia religiosa por parte del poder político. Este derecho natural debe ser reconocido en el ordenamiento jurídico de la sociedad de manera que constituya un derecho civil (cf DH 2).
2109 El derecho a la libertad religiosa no puede ser de suyo ni ilimitado (cf Pío VI, breve Quod aliquantum), ni limitado solamente por un “orden público” concebido de manera positivista o naturalista (cf Pío IX, Carta enc. Quanta cura"). Los “justos límites” que le son inherentes deben ser determinados para cada situación social por la prudencia política, según las exigencias del bien común, y ratificados por la autoridad civil según “normas jurídicas, conforme con el orden objetivo moral” (DH 7). (*8)

Quien escribe esto lamenta no poder profundizar más (en este escrito) pero asegura sin la duda mas mínima, que el Concilio Vaticano II fue convocado providencialmente en el momento preciso y es muchísimo más importante y valioso de lo que parece (sé que a muchos les parecerá una locura que diga esto, pero es así), al igual que la labor del beato Juan Pablo II (el Catecismo realizado por iniciativa suya también) y Benedicto XVI. Por eso la importancia de que quienes quieran el bien para la Iglesia, y aun no lo hayan entendido imploren la Gracia para entenderlo; para además también poder sacárselo de las manos a quienes lo citan fuera de contexto solo para justificar cualquier tipo de relajamiento o desviación.
Nunca fue tan dificil ser cristiano como ahora: ¡aprovechemos que la Gracia y los meritos son mayores entonces, no vaya a ser que mas adelante Dios lo haga mas facil!. ¡El que esta afuera se lo pierde! (aparte del temita del alma).
"Se trata no sólo de seguir los ejemplos de Jesús, sino también de conformar toda nuestra existencia según su modo de pensar y obrar." S.S. Benedicto XVI

En Cristo y María.
C.C.


Basado en:

viernes, 15 de junio de 2012

Interpretación Profética

Aclaraciones:
3.  Es importante tener en cuenta que estas profecías no son parte del magisterio de la Iglesia ni son necesarias para la salvación. La validez de su contenido no está garantizada por la Iglesia.
4.  Recordemos que una profecía vale tanto y cuanto nos ayude o anime a vivir la fe ya revelada. Estas profecías podrán tener su interés pero ayudan poco para lograr esa meta. Por algo la Iglesia oficialmente les ha dado tan poca importancia.
(Lo de arriba fue tomado de: http://www.corazones.org/santos/malaquias.htm ) (Tambien se puede ver: http://www.teologoresponde.com.ar/respuesta.asp?id=391 ). Lo escrito en este blog con respecto a estas profecías es hipotético.
Puesto que no se puede hablar del Concilio sin hablar del Papa Juan XXIII o de los Papas posteriores a dicho evento (ya que el actuar de todos ellos se ha fundado en el mismo); y el falso profeta (que se hace pasar por la verdadera Iglesia, por su Papa y su Magisterio pero que no lo es) ha engañado a muchos haciéndolos caer: o en el conciliarismo o en el tradicionalismo (en lugar de mantenerse simplemente en el Cristianismo); el falso profeta les ha hecho creer a ambos que la doctrina cristiana ha cambiado desde el Concilio Vaticano II y que los Papas y el Magisterio actual de la Iglesia lo aceptan, avalan y promueven: los primeros para aceptar esto, y los segundos para rechazarlo; en ambos casos se ha buscado lo mismo: perjudicar a la Iglesia de Cristo, adulterando su doctrina y/o dividiéndola. A continuación se reproduce una nota publicada en muchos sitios tradicionalistas con relación a la pasada beatificación de Juan Pablo II y posteriormente se la analiza, mostrando como se ha malinterpretado, tanto la profecía como al beato de feliz memoria.
Nota: San Malaquías con esta profecía estaría descartando la posición sedevacantista.


La beatificación del Papa DEL eclipse de Sol





La nota a analizar es la siguiente (los números a los párrafos son agregados míos):


1) La beatificación de Juan Pablo II, cuya divisa fue De labore solis (el eclipse del sol), señala el eclipse del sol de la luz de Cristo y su Iglesia sobre el mundo que está sumergido en la Gran Apostasía de las Naciones de los Gentiles anunciada por las Sagradas Escrituras, y el retiro del obstáculo (Katejon) que es el Imperio de la Verdad como se refleja de las palabras de San Pio X al decir que Cristo vendrá una segunda vez (Parusía) cuando la doctrina se corrompa y que el Imperio de la Verdad no sea posible en este mundo: “Vigilad, ¡oh! Sacerdotes, para que la doctrina de Jesucristo, no pierda por vuestra culpa el semblante de su integridad. Conservad siempre la pureza y la integridad de la doctrina (…). Cuando esta doctrina, no pueda ya guardarse incorruptible y que el imperio de la verdad no sea ya posible en este mundo, entonces el Hijo de Dios aparecerá una segunda vez. Pero hasta este último día nosotros debemos mantener intacto el depósito sagrado y repetir la gloriosa declaración de San Hilario: ‘Más vale morir en este siglo que corromper la castidad de la verdad’.” (Pie X, Jérome Dal-Gal O.M. Conv. 1953, p.107 – 108).
2) Con la beatificación de Juan Pablo II lo que impera es el error, la mentira y la confusión doctrinal y religiosa que jamás se ha visto ni se verá (la Gran Tribulación de las sagradas profecías). Dicha beatificación es la apoteosis del triunfo de la Sinagoga de Satanás dentro de la Iglesia, la cual es ultrajada en la pureza y virginidad doctrinal y religiosa, es la beatificación de la Nueva Iglesia postconciliar y de la nueva falsa Religión Mundial, Ecumenista, Gnóstico-Cabalística, es la beatificación del Modernismo y de la Revolución Universal Anticristiana, es la beatificación de la Contra Iglesia del Anticristo-Pseudoprofeta, es la beatificación del Misterio de Iniquidad, es la beatificación de la Abominación de la Desolación en el Templo (la Iglesia), es el triunfo del judaísmo dentro de la Iglesia, la Gloria del Olivo, De gloria olivae (divisa de Benedicto XVI); y en consecuencia la reducción de la verdadera Iglesia a un pequeño rebaño (pusillus grex, Lc. 12, 32) disperso por el mundo, fiel a la Sacrosanta Tradición Apostólica, Romana. Por eso nos señala Nuestra Señora de La Salette que “Roma perderá la fe y se convertirá en la sede del Anticristo”. Habiendo además revelado que “la Iglesia será eclipsada” y “el mundo quedará consternado”, puesto que “ha llegado el tiempo: el sol se oscurece; sólo la fe vivirá”, “la verdadera fe se ha extinguido y la falsa luz alumbra al mundo”, “esta será la hora de las tinieblas, la Iglesia tendrá una crisis espantosa”, “pelead, hijos de la luz, vosotros, pequeño número que ahí veis; pues he aquí el tiempo de los tiempos, el fin de los fines” . (Aparición y Mensaje de La Salette, José Luis de Urrutia S.J.).
3) No olvidemos la profecía de San Anselmo, Obispo de Sunium, Grecia, del siglo XIII (Vaticinia illustrium virorum, Venecia, 1605) relacionada con Juan Pablo II, cuyo nombre era Karol: “!Ay de ti, villa de las siete colinas [Roma] cuando la letra K sea aclamada dentro de tus murallas! [Karol, nombre de Juan Pablo II]. Entonces tu caída estará próxima. Has irritado al Altísimo con tus crímenes y blasfemias, perecerás en la derrota y la sangre”. (Folleto, El Tiempo que se Aproxima -según las principales profecías- , reimpreso en 1988, p. 32 ed. Publicaciones del Padre José Luis de Urrutia, S. J.) , quien fue catedrático de la Facultad de Derecho Canónico de Madrid.
4) Así mismo el venerable Holzhauser llegó a decir en su comentario al Apocalipsis sobre la Iglesia y su deplorable situación al final de los últimos tiempos apocalípticos antes de la venida del Mesías en gloria y majestad:
“§ 3. Del Antipapa abominable y perverso idólatra, que desgarrará la Iglesia de Occidente y hará adorar la primera bestia ( XIII, 11 – 18).
XIII, 11: ‘Vi enseguida surgir de la tierra otra bestia, ella tenía dos cuernos como un cordero, pero hablaba como un dragón.’ Esta bestia es un falso profeta que anunciará al hijo de perdición como siendo el Cristo, (…) mientras que el falso profeta se elevará, prevalecerá y dominará sobre la tierra firme, que es vecina de los mares y sobre la cual se encuentra actualmente el Imperio Romano abarcando en su seno los Estados de la Iglesia. ‘Ella tiene dos cuernos como un cordero’, porque ella será un cristiano apóstata (…). Entonces la Iglesia será dispersada en las soledades y los lugares desiertos, en los bosques y las montañas, y en las hendiduras de las rocas, porque el pastor habrá sido golpeado y las ovejas dispersadas. Puesto que será como en el tiempo de la Pasión de Nuestro Señor. Y parece que a esta circunstancia de la última desolación es a la que hace alusión cuando dice en su Pasión, Mateo XXVI, 31: ‘Porque está escrito: heriré al pastor y se dispersarán las ovejas del rebaño.’ Entonces la Iglesia Latina será desgarrada y a excepción de los elegidos, habrá una defección total de la Fe.” (Revelation du Passé et de l’avenir, Interprétation de l’Apocalypse du venerable Barthélemy Holzhauser, – hacia 1650 – p. 91).
5) Monseñor Lefebvre a su vez dijo muy claramente, precisamente después de hablar con el Cardenal Ratzinger en Roma, para que hoy se lo oculte y desconozca, que Roma había caído en la apostasía, que el Concilio Vaticano II es cismático, que las personas que ocupan Roma son anticristos: ” Creo que podemos hablar de descristianización y que estas personas que ocupan Roma hoy son anticristos, no he dicho antecristos, he dicho anticristos, como lo describe San Juan en su primera carta: ‘Ya el Anticristo hace estragos en nuestro tiempo’. El Anticristo, los anticristos; lo son ellos, es absolutamente cierto”. (Conferencia espiritual, Ecône, 14 de Septiembre de 1987)
6) Y por si fuera poco Monseñor Lefebvre señala la apostasía de Roma modernista: “Lo que les interesa a todos ustedes es conocer mis impresiones después de la entrevista con el Cardenal Ratzinger el 14 de Julio último. Lamentablemente debo decir que Roma ha perdido la Fe. Roma está en la apostasía. Estas no son palabras en el aire, es la verdad: Roma está en la apostasía.” (Conferencia Espiritual, Ecône, 14 de Septiembre de 1987).
7) Sobre el Concilio Vaticano II Monseñor Lefebvre recalcó que es un Concilio cismático, cosa que muy pocos tienen en cuenta hoy, por no decir ninguno, que corresponde a una Nueva Iglesia. “Este Concilio representa tanto a los ojos de las autoridades romanas como ante los nuestros una Nueva Iglesia que ellos llaman una ‘Iglesia conciliar’. Creemos poder afirmar, ateniéndonos a la crítica interna y externa del Vaticano II, es decir analizando los textos y estudiando los acontecimientos y resultados, que éste al dar la espalda a la Tradición y al romper con la Iglesia del pasado, es un Concilio cismático. Se juzga el árbol por los frutos. (Un Evéquê parle, ed. Dominique Martin Morin, 1977, tomo II, p. 97).
8) Del Cardenal Ratzinger que a la sazón era Prefecto de la Congregación de la Fe, Monseñor Lefebvre afirmó categóricamente poco antes de morir que era un hereje: “Os invito a leer el denso artículo de fondo de Sí, sí; No, no que ha salido hoy sobre el Cardenal Ratzinger. No sé quién es el autor del artículo, porque siempre escriben bajo un pseudónimo, pero está muy documentado, concluye que el Cardenal Ratzinger es herético. (…) Pone en duda que haya un Magisterio que sea permanente y definitivo en la Iglesia, eso no es posible, él acomete contra la raíz misma de la enseñanza de la Iglesia, de la enseñanza del Magisterio de la Iglesia. Ya no hay una verdad permanente en la Iglesia, verdades de Fe, dogmas en consecuencia, se acabaron los dogmas en la Iglesia, esto es radical. Evidentemente esto es herético, es tan claro, es tan horroroso, pero es así.” (Conferencia Espiritual, Ecône, 8 y 9 de Febrero de 1991). Nótese bien para el lector no avisado que esta fue una de las últimas conferencias de Monseñor Lefebvre quien murió al mes siguiente, el 25 de Marzo.
9) Todo esto nos hace evocar lo que ya dijera cuasi proféticamente o sin el cuasi si quieren, el Padre Leonardo Castellani: “Es el Misterio de la Iniquidad, ‘la Abominación de la Desolación’; la parte carnal de la Iglesia ocultando, adulterando y aun persiguiendo la verdad, Sinagoga Satanae, por eso la parte fiel de la Iglesia padecerá ‘dolores de parto’, (…).” (Los Papeles de Benjamín Benavides, ed. Dictio, Buenos Aires, 1978, p. 226 – 227).
10) “La herejía de hoy, (…) pareciera explícitamente no negar ningún dogma cristiano sino falsificarlos todos. Pero, mirándolo bien niega explícitamente la Segunda Venida de Cristo; y con ella, niega su Reyecía, su Mesianidad y su Divinidad, es decir niega el proceso divino de la Historia. Y al negar la Divinidad de Cristo niega a Dios. Es ateísmo radical revestido de las formas de la religiosidad. Con tener todo el aparato externo y fraseología cristiana falsifica el cristianismo, transformándolo en una adoración del hombre; o sea, sentando al hombre en el templo de Dios, como si fuese Dios. Exalta al hombre como si sus fuerzas fuesen infinitas, promete al hombre el Reino de Dios y el Paraíso en la tierra por sus propias fuerzas. La adoración de la Ciencia, la esperanza en el Progreso y la desaforada Religión de la Democracia, no son sino idolatría del hombre; o sea, el fondo satánico de todas las herejías, ahora en estado puro. (…) Esta religión no tiene todavía nombre, y, cuando lo tenga, ese nombre no será el suyo, todos los cristianos que no creen en la Segunda Venida de Cristo se plegarán a ella.” (Cristo ¿vuelve o no vuelve?, ed. Dictio, Buenos Aires, 1976, p. 18).
11) Y para complementar y empalmar redondeando los conceptos oigamos lo que dijo Nicolás Gómez Dávila sobre la Democracia: “La Democracia es una religión antropoteista. Su principio es una opción de carácter religioso, un acto por el cual el hombre asume al hombre como Dios.” O estas dos frases que son, también, muy dicientes al relacionar la democracia con la gnosis: “Las cosmogonías órficas y las sectas gnósticas son antropoteismos retrospectivos, la moderna religión democrática es un antropoteismo futurista.” Y “La democracia no es atea, porque haya comprobado la irrealidad de Dios sino porque necesita rigurosamente que Dios no exista, la convicción de nuestra divinidad implica la negación de su existencia.” Mostrando además su relación con el progresismo: “La idea del progreso es la teodicea del antropoteismo futurista, la teodicea del dios que despierta desde la insignificancia del abismo.” (Extraído de “Textos I” Bogotá 1959).
12) Para aquellos que buscan y esperan un supuesto triunfo antes de la Parusía, o su equivalente, (una reconquista) les recordamos caritativamente lo que ya advirtiera nuestro querido Padre Castellani: “En la presente edad no será la Iglesia mediante un triunfo del espíritu del Evangelio, sino Satanás mediante un triunfo del espíritu apostático, que ha de llegar a la pacificación total (aunque perversa, aparente y breve) y a un reino que abarcará todas las naciones; pues el Reino mesiánico de Cristo será precedido del reino apostata del Anticristo.” (Decíamos Ayer, ed. Sudestada, 1968, p. 27).
13) No es pues el triunfo de la Iglesia sino de la Contraiglesia, el triunfo de la religión adulterada por obra de la judaización y cabalización en la Iglesia, la cual se perfila como Pseudoiglesia. Es lo que el Padre Castellani manifiesta en el texto citado. ¡No nos confundamos de triunfo! Pues no hay término medio, si no esperamos el triunfo de Cristo Rey para la Parusía, viniendo en gloria y majestad, que es lo mismo que el triunfo del Inmaculado Corazón de María o de los Sagrados Corazones, esperamos el triunfo del espíritu apostático como se colige del último texto que citamos.
14) Verdaderamente con la beatificación de Juan Pablo II no se puede decir sino que es la gran apoteosis del Maligno cual castigo sobre un mundo que ha renegado de Cristo, en aras de la falsa y sacrílega paz y de la globalización mundial que procura el Paraíso en la tierra, pero sin la Verdad y sin Cristo.
15) Así se entienden las proféticas y aterradoras palabras de Cristo: “Pero el Hijo del hombre, cuando vuelva, ¿hallará por ventura fe sobre la tierra?” (Lc. 18,8), y “si aquellos días no fueran acortados, nadie se salvaría” (Mt. 24,22).
16) Callar es claudicar, el silencio es complicidad, el que calla otorga y el que otorga acepta. Pues ya decía el Papa León XIII retomando las palabras de su predecesor San Felix III del siglo V (483 – 492), haciéndolas también suyas: “El juicio de Nuestro predecesor, Felix III, acerca de ese asunto es muy grave: ‘no resistir al error es aprobarlo; no defender la verdad, es ahogarla… Quien cesa de oponerse a un crimen manifiesto, puede ser considerado como cómplice secreto del mismo’.” (Carta Encíclica, Inimica Vis, 8 de Diciembre de 1892).
17) No olvidemos, además, la gran exhortación apocalíptica de S. Pablo, para que estemos vigilantes y expectantes sin desfallecer ante el mal: “Te conjuro delante de Dios y de Jesucristo, que ha de juzgar vivos y muertos, por su aparición y su reino. Proclama la Palabra, insiste a tiempo y a destiempo; reprende, ruega, exhorta, con paciencia siempre y afán de enseñar. Porque vendrá tiempo en que no soportarán la sana doctrina, sino que en alas de sus pasiones y con la comezón en sus oídos, se elegirán maestros a granel y desviarán sus oídos de la verdad y se volverán hacia las fabulas. Tu, anda sobre ti en todo, soporta el sufrimiento; haz obra de predicador del Evangelio; cumple con tu ministerio.” (II Tim. 4,1-5)
18) “Sí, sí; No, no. Todo lo que excede esto viene del Maligno” (Mt. 5,37), pues “todo lo que no procede de la fe es pecado” (Rom. 14,23), por esto “el justo vivirá de la fe” (Rom. 1,17), sin “acomodarse a este siglo” (Rom. 12,2), siempre “obedeciendo a la verdad” (I Ped. 1,22). Y en estos últimos tiempos apocalípticos, “firmes en la fe” (I Ped. 5,9), debemos perseverar hasta la Parusía, como exhorta Santiago Apóstol: “Tened, pues, paciencia hermanos hasta la Parusía del Señor” (Sant. 5,7). Parusía en la cual consiste nuestra bienaventurada esperanza, según los apóstoles San Pedro y San Pablo: “Poned toda vuestra esperanza en la gracia que os traerá cuando aparezca Jesucristo” ( I Ped. 1, 13). “Renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos vivamos sobria, justa y piadosamente en este siglo actual, aguardando la dichosa esperanza y la aparición de la gloria del gran Dios y Salvador nuestro Jesucristo” ( Tit. 2, 13).
Padre Basilio Méramo.
Bogotá, 1 de Mayo de 2011

Hasta aquí la nota. Ahora el análisis:
1 Párrafo: Las divisas que San Malaquías da a los Papas hacen referencia a alguna virtud o rasgo del Papa en cuestión (“Pastor Angelicus), o bien simplemente a algo que ocurre DURANTE su pontificado pero ajeno al mismo (“Religio Depopulata”), como parece ser la de Juan Pablo II. Por otro lado, estando en el pontificado de Benedicto XVI la que entraría en vigor seria su propia divisa, formando parte del pasado la correspondiente a su predecesor, sino no tendría sentido que cada Papa tuviese la suya.
2 Párrafo: Es cierto el fragmento según el cual en ese (y este) momento en muchas lugares “lo que impera es el error, la mentira y la confusión doctrinal y religiosa”, pero esto fue DURANTE la beatificación de Juan Pablo II y no siendo esto su apoteosis o consecuencia, sino al margen. El falso profeta, ha enfermado la Iglesia y se camufla con su piel, pero el mismo no llega a su cabeza visible: S.S. Benedicto XVI ni llegara nunca a Cristo glorioso. La nueva iglesia postconciliar (que si existe), la falsa religión mundial se encuentra camuflada DENTRO de la verdadera Iglesia, haciéndose pasar por fiel al Papa y al Concilio, sino, se entiende, no podría engañar a tantos como lo ha hecho; usa la autoridad y reputación robada a la Iglesia para asesinar en las almas el amor a Dios y pervertir. Repito, si no usara esta táctica no hubiese podido engañar a tantos.
Con respecto a la divisa de Benedicto XVI, lo mismo, parece hacer referencia al “durante”.
“La falsa luz alumbra al mundo”: se podría entender con esto el porqué de los misterios luminosos, que justamente lo que hacen es recordar la DIVINIDAD de Cristo, Luz verdadera de Luz verdadera, se podría entender que es probablemente una respuesta de Dios y de la Virgen a la falsa luz que alumbra al mundo mediante el rechazo, olvido, tergiversación o indiferentismo frente a Cristo. El recordar esto precisamente al mundo entero ante todas las religiones y ante tantas tergiversaciones respecto del Mesías descarta cualquier acusación de sincretismo contra Juan Pablo II, ya que quien recibe al Papa recibe también su mensaje: Jesús es Dios, el Cristo de Dios, es la Luz verdadera, la Luz que buscan todos los hombres de todas las religiones; “El que los recibe a ustedes, a mí me recibe, y el que me recibe a mí, recibe al que me envió.” (san Mateo 10, 40). “Pelead, hijos de la Luz…”
3 Párrafo: De nuevo el mismo error, la palabra central de esta profecía: ENTONCES, referencia al “durante”, no dice que la aclamación de la letra “k” sea mala o causa de los males y castigos que se nombran, sino que “entonces”, en el momento de esa aclamación, estará cerca o pasara tal o cual cosa…
4 Párrafo: “del antipapa”: un antipapa es alguien que se hace pasar por Papa pero no lo es, enseñando cosas diabólicas, contrarias a lo que enseñaría un Papa, siendo por lo tanto también, un anticristo; de esto puede deducirse que no necesariamente tiene que ser un humano concreto, sino que puede ser una doctrina, un grupo, un error, que reivindique para si la autoridad papal, es decir, haciéndose pasar por la doctrina del Papa, siendo la misma perversa y contraria, paradójicamente, a Cristo y al Papa. Y esto parece ser lo que existe actualmente. Es la confusión, el anticristo religioso, que reclama para sí el ser Magisterio de la Iglesia, siendo que no lo es, para enseñar el mal.
“Heriré al pastor”: de esto se sigue que necesariamente el pastor, esta, existe y quiere el bien para sus ovejas: el Papa; y la “herida” es la perversión y tergiversación de su doctrina y palabra para usarla para el mal. A su vez al hablar de “herida” se hace referencia que al pastor esto le “duele”, y si le duele es porque ama a sus ovejas y quiere el bien para ellas, no es un mercenario.
5, 6 y 7 Párrafo: Vemos aquí como un monseñor puede acertar en la visión de algunos males pero no ser muy preciso en la atribución de las causas, ni en la identificación de los responsables.
8 Párrafo: Aquí lamentablemente malinterpreta al cardenal Ratzinger.
9, 10 y 11 Párrafo: Aquí no hay ningún problema.
12 y 13 Párrafo: Aquí sinceramente no puedo afirmar ni negar nada, pero igualmente, no hay ningún problema. Simplemente recuerdo que la Pseudoiglesia si existe, pero DENTRO de la verdadera en la cual se oculta y de la cual toma la autoridad que luego usa para pervertir.
14 Párrafo: Lo dicho sobre la beatificación de Juan Pablo II es erróneo, pero lo dicho sobre el mundo es correcto.
15 Párrafo: Cierta la profecía, pero equivocada en cuanto la relación que se le da con la nombrada beatificación.
16, 17 y 18 Párrafos: Ciertos.
Lo que parece haber ocurrido fue la beatificación del Papa que gobernó durante el eclipse de Sol (Cristo) en el mundo. (Por eso los misterios luminosos frente a tanta tergiversación de la persona de Cristo y el hecho de pensar que solo quien dio el Rosario podría modificarlo: la Santísima Virgen María, podría indicar que Juan Pablo II no lo hizo por iniciativa propia, sino que simplemente seguía órdenes… La Santísima Virgen es celosa de la verdad respecto a Su Hijo.)
A modo de agregado, algunas palabras simplemente:
-El antropocentrismo no es malo en sí mismo, el antropocentrismo humano es el malo, ya que el antropocentrismo de Dios es bueno: Dios es antropocéntrico: "Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna" (san Juan 3, 14). Dios ama al hombre más que a Si mismo, por eso dio hasta su propia vida por el hombre, y por eso nosotros debemos amar a Dios más que a nosotros mismos y dar la vida por y a Él. Por eso el hombre que no es teocéntrico, cristocentrico después de conocer a Cristo, es un hombre desnaturalizado, Dios nos crea teocéntricos, porque Él es antropocéntrico. Solo amando a Dios por sobre todas las cosas, como Él nos pide en el 1er. Mandamiento, el hombre puede recibir el amor infinito y eterno que necesita del único que se lo puede dar: Dios. De este humanismo o antropocentrismo es del que habla el Concilio o Juan Pablo II por ejemplo, del humanismo de Dios, que nace de Dios, el que es el reconocimiento del amor que Dios tiene al hombre; en contraposición al “humanismo humano” que en realidad es anti-humanismo, ya que el hombre para ser realmente hombre necesita a Dios, porque para Él fue creado: el verdadero humanismo es teocéntrico, el hombre es teocéntrico por naturaleza, porque Dios es antropocéntrico. Un “humanismo ateo” en contra de Dios y Su Iglesia es diabólico, en realidad es anti-humanismo: va en contra de la naturaleza del hombre que busca a Dios. El hombre tiene que ser hombre y amar a Dios con todo su ser, por sobre todas las cosas. Puede verse que este humanismo y el anti-humanismo han sido contemporáneos, lo cual puede también explicar muchas confusiones.
- El trato interreligioso e intercultural hoy en día es inevitable, en mayor o menor medida, con más o menos religiones y culturas según el tiempo y el lugar, debido a la fomentada globalización. Dicha situación puede enfrentarse y resolverse correctamente manteniéndose fiel a la Fe verdadera y evitando el sincretismo de la religión mundial aceptando la luz que la Iglesia como Madre y Maestra da a sus hijos y alumnos sobre este tema con el ultimo Concilio y los Papas, o bien se puede prescindir de esta luz pero, siendo que dicho trato no dejara de existir, seguramente surgirán muchas dudas y sombras de acuerdo al cómo proceder. No es pecado el trato en si mismo, sino el innecesario, como la misma Tradición lo exige y la historia lo evidencia.
- Lo que garantiza la correcta aplicación del Concilio es principalmente una Fe profunda y el profundo amor a Cristo y a la verdad, pero también, desprendiéndose de esto, el conocimiento y la valoración de la Tradición, junto con el sincero reconocimiento actual de la realidad en todos sus aspectos. Como puede verse, todas estas características no se las hallan conjugadas muy a menudo, y por eso tampoco se halla muy a menudo una correcta interpretación de los Papas y/o aplicación del Concilio. Esto se suma al hecho que muchas veces se ha visto, por lo menos en la práctica, solo a la pseudoiglesia decir que acepta el Concilio, es decir, la Iglesia contaminada por el mundo; y partir de esta impresion también ha condicionado e influenciado muchas veces la correcta interpretación del mismo.
Algunas cosas se encuentran en la delgada línea existente entre lo nunca antes visto, lo nunca antes necesario y, sobre todo, lo nunca antes (en los correctos términos y condiciones) prohibido. Por ejemplo: las reuniones interreligiosas o ecuménicas convocadas por el Papa.
Amamos la Verdad, así que será bien recibido cualquier aporte o corrección.

 “(…) el resucitado realmente está vivo y tiene de su mano el gobierno del mundo y el corazón de los hombres”. S.S. Benedicto XVI.
Beato Juan Pablo II, por nuestra fidelidad y santidad, ora pro nobis.
NON PRAELEBUNT

jueves, 7 de junio de 2012

Claves para la interpretación de LOS Concilios

Uno de los temas de actualidad es, por Gracia de Dios, el Concilio Vaticano II y su correcta interpretación, su aplicación, su tergiversación, su armonía con la Tradición y Concilios anteriores o su (aparente) ruptura con todo o alguna parte de ello, etc., sin embargo me parece necesario, antes de hablar de este último, hablar más precisamente de todos los Concilios en general y su interpretación (y después también, Dios mediante, saldar deudas pendientes).
¿Cómo deben leerse e interpretarse los Concilios o, si se quiere también, la Tradición?.
Rta.: Como católico.
¿Qué quiere decir como católico?
Rta.: Quiere decir que se debe interpretar como cristiano, como discípulo de Cristo, como seguidor de Jesús. Etimológicamente católico quiere decir “universal” y es correcto que un cristiano reciba este nombre (¿o adjetivo?), ya que Cristo es el único Dios verdadero; en realidad, diciendo mejor Jesús es el único Dios que existe, el único Dios del universo: “universal”, el Dios que crea absolutamente a todas las personas y que las mismas necesitan y, por naturaleza, buscan (los dioses “falsos” en realidad son dioses “inexistentes” hablando aqui más precisamente me parece, queda aparte la buena o mala disposición interior con que la persona piensa que rinde culto a dichos “dioses”).
¿Qué hace un seguidor de alguien?
Rta.: Sigue los pasos del que sigue, valga la redundancia. Un seguidor no va por donde caprichosamente quiere, va detrás de alguien, escucha atentamente lo que este indica y obedece, etc..
Entonces, ¿qué hace un seguidor de Jesús?.
Rta.: Sigue los pasos de Jesús, va detrás de Él, escucha atentamente lo que indica y obedece diligentemente.
Entonces, ¿que nos indica Jesús a sus seguidores?.
Rta.: Jesús dijo e hizo, dice y hace, muchas cosas. Sin embargo, podría decirse que la esencia de todo Su actuar y Su mandato es siempre la misma: Amar (con mayúscula, porque es Amor de Dios, es Caridad: es el Espíritu Santo), y así el Amor es cosa seria y no admite tergiversaciones, sino que conlleva un verdadero compromiso. ¿Por qué la esencia es siempre la misma?: porque Jesús es Dios, y Dios es Caridad constante.
Entonces, ¿que tenemos que hacer los cristianos?.
Hacer caso a Jesús: Amar: a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a nosotros mismos; amarnos los unos a los otros como Él nos ha amado y como nos ha mandado: dando la vida (no solo “hasta” dar la vida, posponiendo la entrega hacia el futuro: Jesús dio toda su vida, todo el tiempo, la crucifixión fue el culmen de este dar la Vida, pero la estuvo dando humanamente desde que humanamente la recibió, y divinamente desde siempre). Entonces, creyendo entender bien, solo Dios ama y comparte este Amor como Don por propia iniciativa y gratuidad Suya; para el hombre y por propia iniciativa, es siempre imposible amar: es algo propio y único de Dios; es el Espíritu Santo.
Entonces, retomando, ¿cómo debe interpretar los Concilios un cristiano?.
Un cristiano debe interpretar, no solo los Concilios sino absolutamente todo, desde la Caridad, desde el Espíritu Santo ya que Él es el entregado por Cristo para que “nos explique todo” (ergo, sin el mismo “no entendemos nada”).
Quien quiera profundizar más como interpretar no solo los Concilios como ya dije, sino absolutamente todo, le recomiendo leer al Santo Padre actualmente reinante en la Santa Iglesia Católica, que apacienta solícitamente a nosotros el rebaño de Cristo, designado por el Espíritu Santo y de quien se sirve el mismo para decirnos lo que actualmente  quiere decirnos y que escuchemos, por ejemplo: que la Caridad no es amor como lo entiende el mundo (mundo en el mal sentido), sino que es amor recibido y ofrecido. Es “gracia”, palabra que proviene de “cháris”; es recibido “gratis” y tiene que ser dado “gratis”. Su origen es el amor que el Padre tiene por el Hijo, es decir, el Espíritu Santo; el cual el Hijo envió sobre nosotros, y los hombres, al ser amados nada menos que por Dios, se convierten en sujetos de caridad y tienen que hacerse ellos mismos medios por donde transite dicha gracia, para transmitir esa caridad de Dios y para establecer interrelaciones de caridad.
Por último, en base a lo anterior, ¿Por qué Jesús y sus apóstoles y discípulos vieron continuidad y cumplimiento entre la Antigua Alianza y El mismo, y los escribas, fariseos o ancianos vieron ruptura y contradicción?, ¿será que los intereses de sus corazones, por lo menos en esos momentos, eran distintos?... ¿será que Jesús podía entender porque tenía “algo” que ellos no y se lo compartió y comparte a quienes primero aceptan seguirlo, a Sus apóstoles y discípulos; a Su Iglesia?... sabemos que si.

Santa Teresa de Ávila - Nada te turbe

Nada te turbe,
nada te espante,
todo se pasa,
Dios no se muda;
la paciencia
todo lo alcanza;
quien a Dios tiene
nada le falta:
Sólo Dios basta.


Eleva tu pensamiento,
al cielo sube,
por nada te acongojes,
nada te turbe.


A Jesucristo sigue
con pecho grande,
y, venga lo que venga,
nada te espante.


¿Ves la gloria del mundo?
Es gloria vana;
nada tiene de estable,
todo se pasa.


Aspira a lo celeste,
que siempre dura;
fiel y rico en promesas,
Dios no se muda.


Ámala cual merece
bondad inmensa;
pero no hay amor fino
sin la paciencia.


Confianza y fe viva
mantenga el alma,
que quien cree y espera
todo lo alcanza.


Del infierno acosado
aunque se viere,
burlará sus furores
quien a Dios tiene.


Vénganle desamparos,
cruces, desgracias;
siendo Dios tu tesoro
nada te falta.


Id, pues, bienes del mundo;
id dichas vanas;
aunque todo lo pierda,
sólo Dios basta.




Fuente: http://www.devocionario.com/
Veni Creator Spiritus

Veni, Creator Spiritus
mentes tuorum visita
Imple superna gratia quae
tu creasti pectora.

Qui Paraclitus diceris,
donum Dei Altissimi,
fons vivus, ignis, caritas,
et spiritalis unctio.

Tu septiformis munere,
dexterae paternae digitus,
tu rite promissum Patris,
sermone ditans guttura.

Accende lumen sensibus,
infunde amorem cordibus,
infirma nostri corporis,
virtute firmans perpeti.

Hostem repellas longius,
pacemque dones protinus,
ductore sic te praevio,
vitemus omne noxium.

Per te sciamus da Patrem,
noscamus atque Filium,
teque utriusque Spiritum
credamus omni tempore.

Deo Patri sit gloria,
et Filio qui a mortuis surrexit,
ac Paraclito in saeculorum saecula.

Amen.

+ + +



Ven Espiritu Creador


Ven Espíritu creador;
visita las almas de tus fieles.
Llena de la divina gracia los corazones
que Tú mismo has creado.

Tú eres nuestro consuelo,
don de Dios altísimo,
fuente viva, fuego, caridad
y espiritual unción.

Tú derramas sobre nosotros los siete dones;
Tú el dedo de la mano de Dios,
Tú el prometido del Padre,
pones en nuestros labios los tesoros de tu palabra.

Enciende con tu luz nuestros sentidos,
infunde tu amor en nuestros corazones
y con tu perpetuo auxilio,
fortalece nuestra frágil carne.

Aleja de nosotros al enemigo,
danos pronto tu paz,
siendo Tú mismo nuestro guía
evitaremos todo lo que es nocivo.

Por Ti conozcamos al Padre
y también al Hijo y que en Ti,
que eres el Espíritu de ambos,
creamos en todo tiempo.

Gloria a Dios Padre
y al Hijo que resucitó de entre los muertos,
y al Espíritu Consolador,
por los siglos infinitos.
Amén.





Fuente: http://catolicidad-catolicidad.blogspot.mx/