lunes, 8 de octubre de 2012

ALGUIEN probablemente este durmiendo, como alguna vez lo estuvimos nosotros.







En este momento alguien probablemente este durmiendo plácidamente,
cobijado en el calor del vientre materno,
que Dios sabiamente quiso por amor,
dar a la naturaleza humana.

En este momento alguien no entiende nada de lo que pasa en el exterior,
y eso está bien:
tendrá tiempo para involucrarse en eso cuando sea más grande,
ahora le corresponde recibir alimento, terminar de desarrollarse,
ser amado y cuidado.

En este momento hay alguien que todavía no sabe hablar pero existe para el mismo fin por el cual estamos existiendo nosotros: llegar a ser feliz con Dios eternamente.

En este momento alguien está siendo formado por Dios para ser, tal vez,
un gran sacerdote o religiosa, que lleve a Dios espiritual o materialmente
a quien esté esperando Su consuelo;
o a lo mejor un gran político,
que con justicia administre los asuntos temporales y procure las mejores condiciones para sus gobernados;
o puede ser que sea un gran padre o una gran madre de familia,
que crie a sus hijos según Dios como varones o mujeres de bien,
para construir una sociedad mejor;
o también un gran artista,
que con la belleza de sus obras nos deleite el espíritu.

En este momento hay alguien
pasando un momento de la vida que todos los que estén leyendo esto pasaron,
después, con el transcurso de otros momentos distintas opciones nos habrán ido llevando hacia un lado o hacia otro: si estamos en el bueno quedémonos allí, si estamos en el malo el “ahora” es el mejor momento para volver al Padre que con Amor misericordioso nos espera;
pero en este momento hay alguien a quien le faltan muchas cosas buenas por elegir.

Hagamos de cuenta por un momento que esa persona quien ahora duerme somos nosotros hace el tiempo que sea necesario, ¿que habríamos hecho con nosotros mismos?.

En este momento alguien no se preocupa por su vida porque eso es responsabilidad de sus padres en quienes naturalmente se confia: padres que pueden ser biológicos, políticos o espirituales; todo quien tenga autoridad sobre el o ella es en cierta manera su padre que tiene que procurar su bien, para eso se es padre, para el bien.
Toda autoridad proviene de Dios.

Pero algunas cosas se pueden elegir luego de pasar por algunas que no se pueden elegir,
como nacer y existir, de hecho ninguno de nosotros eligió;
algunas cosas se pueden elegir y algunas no; esto siempre fue así y siempre lo será;
lo que se puede elegir siempre son bienes, nunca está permitido elegir el mal.

En este momento alguien no sabe nada ni tiene nada que ver con política ni historia, ni golpes de estado ni democracias, ni doctrinas de ningún tipo: ahora solo le corresponde crecer, como todos nosotros que alguna vez también fuimos alguien que dormía plácidamente sin saber que pasaba afuera: gracias a Dios ahora estamos aca.

En este momento alguien debe existir y tiene derecho a elegir más adelante entre bienes;
en este momento algunos no tienen derecho a elegir el mal sobre otros,
en este momento algunos también tenemos la obligación de elegir: ¿Dios o nosotros?,
¿el bien o el mal?, ¿crucifixión con Cristo o crucifixión a Cristo?.
No hace falta retroceder 2.000 años para descubrir de qué lado estaríamos: hay que tomar la decisión ahora y cada uno hacer lo que Dios ponga a su alcance para hacer.

Quien este a tiempo de cambiar alguna mala elección lo puede hacer, “¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo entero si pierde su alma?”, ningún trabajo, ninguna reputación, ningún peligro, ningún puesto, ninguna causa justifica hacer el mal: pedir a Dios perdón y ayuda y confiar en Él es siempre la respuesta.

Encomendemosle a Maria este hijo suyo, que como tantos otros, corre peligro. Encomendemosle tambien a su madre, Maria sabe mejor que nadie de estas cosas.

No permitamos que este dulce sueño de hoy se convierta en la pesadilla de mañana, vislumbrado en crudas imágenes realistas relacionadas a esto (que me tomo el atrevimiento de copiar) en el ayer reciente de un país hermano:




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